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Árboles y seres humanos: una relación especial

La huella que los árboles nos han dejado

Durante este mes de noviembre podéis visitar en la sala de lectura del CDAMAZ Hojarasca, una exposición de dibujos de la ilustradora Fiona McAndrew Subías, acompañados por textos del arborista Ignacio Piedrafita. Interesada desde hace tiempo por el modo en que los árboles influyen y se manifiestan en diferentes culturas, McAndrew ha realizado una serie de dibujos de especies arbóreas representadas en su entorno característico.

Para comprobar la conexión ancestral que se ha dado entre el ser humano y los árboles en cualquier latitud o momento histórico, no tenemos más que abrir La vuelta al mundo en 80 árboles, del naturalista Jonathan Drori. En esta obra encontramos una descripción a la vez botánica y cultural de un total de 80 especies que nos llevan a todos los rincones del planeta.

Además de incluir información histórica y curiosidades sobre su origen y zonas de cultivo, el autor asocia cada árbol a un lugar del que es especialmente representativo. Y si por un lado hay especies que nos resultan muy familiares y cercanas, como la encina (o carrasca) en España, el olivo en Israel y la haya en Alemania, por otro lado, en lugares exóticos para nosotros, también existen ese tipo de árboles que han marcado una cultura, como el granado de Irán, la higuera sagrada de la India o la secuoya roja de California.

Pero si buscamos una relación intensa y emocional con los bosques, un buen ejemplo de ello a nivel personal es el que nos da Joaquín Araújo. En Los árboles te enseñarán a ver el bosque no solo nos habla de la importancia ecológica de árboles y arboledas, proporcionándonos todo tipo de detalles sobre su función esencial en la naturaleza, sino que nos cuenta muchas de sus experiencias vitales en esos espacios.

Entre ellas está una curiosa anécdota ocurrida en el soto de Cantalobos, a las afueras de Zaragoza, cuando conectó en directo con los trinos de los pájaros y sus oyentes más suspicaces se negaron a creer que aquel sonido tan especial fuera natural, sin ningún tipo de trucaje. Una anécdota que le sirve a Araújo para destacar el valor ecológico de los sotos del Ebro y criticar la miopía que ha llevado a su destrucción en tantos tramos del río.

Una forma no muy distinta, pero sí mucho más combativa, de ver la relación del ser humano con los árboles es la que nos muestra el ensayo Ser bosques, del activista Jean-Baptiste Vidalou. Implicado en movimientos de defensa de masas forestales en Francia, el autor nos habla del poder simbólico de los bosques y de su capacidad para dar valor existencial a las personas que los habitan y disfrutan, y repasa varios casos en los que comunidades de distintos lugares del mundo han luchado para salvar espacios naturales.

Señalando la tragedia que supone para el bienestar de todos la desaparición de esos espacios y en especial de los bosques, tampoco escapa a su crítica el creciente control sobre la naturaleza que tratan de ejercer gobernantes y gestores, incluso en aquellos casos en los que ese control se realiza con fines ambientalistas.

Y terminamos con una recomendación para los más pequeños: un gran libro, literalmente, sobre árboles escrito e ilustrado por Piotr Socha y Wojciech Grajkowski. En él aprenderán sobre la ecología de los árboles, sus hojas, sus semillas o los diferentes tipos que existen, con imágenes sorprendentes que seguro que les enseñan a amarlos.

Obras recomendadas:

Literatura infantil:

  • Socha, Piotr; Grajkowski, Wojciech. Árboles. Madrid: Maeva, 2018. 70 p.

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