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Al rescate de la cultura rural

Al rescate de la cultura rural

Hasta el final de este mes podéis disfrutar en el CDAMAZ de la exposición Ordesa, naturaleza y cultura popular, una selección de ilustraciones del montañero y artista Chema Agustín que retratan diversos elementos que podemos encontrar en el espacio del actual Parque Nacional y en sus alrededores. Entre ellos se encuentran, por supuesto, muestras de la flora, la fauna y el paisaje, pero también diferentes aspectos de la vida tradicional y la cultura de sus habitantes, que a lo largo del tiempo han contribuido a dar forma al entorno natural.

Cultura y naturaleza en Ordesa

Las ilustraciones de la exposición proceden del libro Ordesa, álbum ilustrado: naturaleza & cultura popular en los valles de Broto, Vio, Puértolas y Bielsa, en el que se combinan las imágenes de Chema Agustín con los textos del músico y etnógrafo Luis Miguel Bajén. Con esta obra, que muestra la pasión que Bajén siente por la vida tradicional aragonesa, ha intentado resumir “la cultura popular de los cuatro valles a los que pertenece Ordesa y su relación ancestral con la naturaleza”.

Tras años de investigación, incluyendo decenas de entrevistas con los propios habitantes de esos valles, Bajén ha logrado rescatar información sobre oficios tradicionales, herramientas, trabajos con el ganado o con los cultivos, formas de construcción, mobiliario, vestimenta… todo ello marcado por la interdependencia con el entorno: “los montañeses se han adaptado a una naturaleza tan rica como difícil y, durante generaciones, han sabido conocerla con detalle y crear una cultura increíblemente variada y hermosa, única y admirable por su adaptación a un medio físico tan peculiar.”

La huella del lobo

Y si en Ordesa es un territorio el que ha dado forma a la vida cotidiana, otras veces son un fenómeno natural o una especie concreta los que que han dejado una considerable huella cultural, como nos muestra El lobo ibérico en la cultura popular, del naturalista Antonio J. Pestana Salido, quien ha querido recoger en esta obra un patrimonio que corre el riesgo de desaparecer junto al resto de la cultura rural.

Siendo el lobo una especie habitual en la península Ibérica desde tiempos inmemoriales, a veces como fuente de conflicto, no es de extrañar su notable presencia en todo tipo de manifestaciones culturales. Pestana recopila poesías, adivinanzas, juegos, conjuros, refranes, leyendas o hasta compuestos medicinales que hacen referencia al lobo y, por otro lado, también da cuenta de los trabajos y herramientas desarrollados para cazarlo o para proteger el ganado, como en el caso de la cría del mastín.

Palabras como semillas

Otra ámbito en el que la cultura rural tradicional ha dejado un amplio patrimonio es la lengua. De ello nos habla Almáciga, de María Sánchez, que en forma de ensayo recupera palabras y expresiones que se han usado en entornos rurales de nuestro país y que nos anima a crear nuestro propio vivero de palabras en desuso (eso significa almáciga: el lugar donde se plantan vegetales para luego ser trasplantados).

La autora, que comenzó recopilando en un cuaderno palabras usadas en el campo andaluz, las compara con semillas que han sido olvidadas pero que pueden volver a germinar, y para lograrlo las saca la luz, las define y describe el uso y las prácticas que les daban sentido. Como dice, “si no las cuidamos, muchas morirán con nuestros mayores y nuestros pueblos. Por eso este libro: esta almáciga”.

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